Recibí el texto que publico abajo, de mi madre y decidí hacer este post para rescatar las memorias y homenajear a los involucrados.
Fue una pequeña "escena" musical en la ciudad de Melo, Uruguay, uno de los tantos tentáculos de influencia Beatle en todo el planeta. Ocurrió a fines de los 1960s y principio del los 1970s(hay que aclarar porque fue en el siglo pasado, que locura!). Tuvo todos los componentes de una historia de "rock"(como la de ACDC con Bon Scott o Led Zeppelin con Bonzo Bonham, salvando distancias), un grupo de amigos que se juntaban a hacer música, un "conjunto", naïveté, éxito a nivel local y hasta tragedia, la que infelizmente tocó de cerca a mi familia.
El legado que quedó es una grabación de estudio del single de "Volver al ayer" y grabaciones de ensayos con público "grupomania" incluída.
Conseguí el disco simple a principio de los 90 y lo atesoro desde entonces, con el tiempo lo hice convertir en CD y mas adelante lo digitalicé. La canción elegida para grabar fue "Volver al ayer".
La letra es de Lalo Larregui(quien narra la historia mas abajo) y la música de mi querido tío Jorge "Loro"Diaz. La versión de estudio suena fresca, con las limitaciones sonoras de la época y los cambios de formato, tiene buena bata, bajos prominentes, vocales impecables y hasta un solo de guitarra memorable. Es lindo saber que habían gurises que soñaban, componían con entusiasmo, cantaban e ignoraban el "no da".
Abajo comparto la música. En los tracks 1.1 y 1.2 las dos caras del single. Del track 2.1 en delante, una grabación que Enrique Sorribas le pasó a mis viejos en un cassette. Es el registro, hecho en cintero, de un ensayo con público "grupomania" incluida(incluyendo intro y despedida y otra versión de "Volver al ayer") que dan una idea de lo que generaba el GMM en Melo.
Aprieten PLAY y sigan leyendo mas abajo:
Grupo Musical Moderno - Simple (Sondor)
Grupo Musical Moderno Ensayo (4 temas)
VOLVER AL AYER / SU HISTORIA
En el invierno de mil novecientos setenta y uno, no había noche en que la pizzería Aroztegui, en pleno centro de Melo, se llenara hasta reventar. Un día si y otro también, encontrar una mesa libre en la cual sentarse a tomar un café, comer algo, charlar con amigos, era prácticamente un milagro. El pequeño local, con vidrieras hacia la calle, se llenaba temprano, permaneciendo de esa forma hasta que cerraba sus puertas, ya avanzada la madrugada, en medio de un clima de efervescencia, de debate continuo...
Soplaban vientos de disconformidad, de iracundia. Desde la explosión desencadenada por los Beatles en la década de los sesenta, la música pasó a ser escenario de la onda contestataria de millones de jóvenes, a lo largo y ancho del mundo. Y el surgimiento de conjuntos se hizo frenético.Uruguay no podía ser la excepción. Copiando textualmente a los creadores ingleses, en Montevideo aparecieron dos hermanos liderando un cuarteto. Además de ser excelentes músicos, los Shakers (nombre adoptado por ellos), esos cuatro muchachos reprodujeron, tanto en nuestro país, como en Argentina, la corriente de histeria entre el público adolescente, que se daba en todos lados durante las presentaciones de los grupos.-
Pronto surgió el culto a los ídolos, seguido de la formación de clubes de fans. Hasta que un día, la moda llegó a Melo. Siendo estudiantes del secundario, cuatro chiquilines se reunieron y comenzaron a hacer sonar guitarras, bajo y batería, para acompañarse en sus canciones, bajo el nombre, por cierto que inglés, de Honkyes. Casi de inmediato, otros cinco, compañeros de año, incentivados por sus padres, se agruparon para comenzar a tocar música, sin disponer de cantor. Surgió así el GRUPO MUSICAL MODERNO. Enrique Sorribas, Pepe Gianni, José Carlos Duarte, Pedro Moreira y Enrique Acosta, los componentes, dirigieron su gusto hacia otra corriente, también surgida en esa época, cuyo liderazgo era ejercido por los Iracundos, un conjunto del departamento de Paysandú.-
Estos, si bien basaban su instrumental en la electrónica, y en su repertorio incursionaban a menudo en el rock, la mayoría de sus canciones, cantadas en castellano, por Eduardo Franco, versaban sobre temas románticos, muchas veces con letras escritas por ellos mismos, en ritmo de balada, llegando, incluso, a adaptar algunos conocidos boleros. Asimismo, la excelencia de los instrumentistas (Leonardo Franco, Hugo Burgues, Jesús Febro, Rafael Bosco y Juan Carlos Velázquez) llevó a que los convocaran para ser el soporte musical de muchas películas del cine argentino. Paralelo a ello, grabaron, en forma exclusivamente instrumental, memorables discos con melodías de todos los tiempos, como “Caravana”, “Acuarela del Brasil”, “Granada”, “Buena Suerte”, “Blue Moon”, y una muy larga lista...
El GRUPO MUSICAL MODERNO, como ya lo dije, se inclinó desde el primer momento hacia esta línea. Sus ensayos los realizaban en el garaje de la casa de Enrique Sorribas, a última hora de la tarde. Al principio, a los mismos concurrían solamente los integrantes del conjunto. Pero, a medida que fue transcurriendo el tiempo, sus novias, compañeros del liceo, amigos del barrio, comenzaron a ir a escucharlos, abarrotando el pequeño local, la vereda y la calle. El instrumental con que contaban era totalmente rudimentario. Algunas cosas fabricadas por ellos mismos. La batería improvisada con unos cajones de madera y tapas de cacerolas. Pero unas ganas tremendas de hacer “algo”. Los Honkyes, ya a esa altura con un incipiente prestigio, disponían de buenos equipos de amplificación, guitarras impecables y una estupenda batería. Su suceso era notorio, habiéndose convertido los integrantes en verdaderas estrellas para la juventud melense. Igualarlos, era la meta...
Un buen día, el grupo de Sorribas resolvió incorporar el acompañamiento de una pandereta, para algunos de sus temas. La ejecución de tal instrumento le fue confiada a Jorge Díaz, vecino y amigo de la infancia, que desde el primer momento los había acompañado, ayudándolos a cargar los equipos, y oficiando de presentador en los espectáculos.-
Era el año mil novecientos sesenta y nueve. En agosto, por primera vez los Iracundos se presentaron en Melo. Realizaron un show en la tardecita, en un cine abarrotado de público. A la noche de ese mismo día, en el local de una barraca gigantesca, también atestado, tocaron en un baile. Estaban en su apogeo. El disco “La lluvia terminó” recién lanzado a la venta, era un éxito.-
Junto a los integrantes del GRUPO MUSICAL MODERNO estuvimos en ambos espectáculos, en primera fila. Fue instantáneo encontrar a Jorge Díaz parecido a Eduardo Franco al verlo a éste allí, a dos metros. Y de inmediato, la “manija” a Jorge para que se animara a cantar. No se hizo rogar mucho tiempo. A los pocos días, de algún lado surgió un micrófono en los equipos. Con él en la mano, Jorge, cariñosamente apodado “Loro”, no tuvo ningún problema en aprender “La lluvia terminó”, primer canción que cantaba, dando un tono muy similar al de Franco. Tenía diecisiete años. Estaba completo el cuadro....
A partir de entonces, el GRUPO MUSICAL MODERNO pegó un salto enorme en calidad, popularidad, idolatría...Si bien en Melo existían otros conjuntos, la juventud, mayoritariamente, se dividió entre los hinchas de los Honkyes por un lado, y los “del GRUPO”, en la vereda de enfrente. Aquellos, en la onda beatle; El GRUPO, con los Iracundos como modelo. La relación entre ambos era de amigos. Por más que se disputaban el primer lugar en las preferencias, se trataba de una competencia sana, casi de niños. Incluso, se prestaban instrumentos cuando uno los precisaba y el otro contaba con ellos.-
La efervescencia de esos años, los festivales estudiantiles en el único liceo existente entonces, los espectáculos en teatros, las giras a otras localidades, marcaron a fuego nuestras vidas...Como aMelo iban a menudo celebridades internacionales, muchas veces “el GRUPO” compartió escenario con famosos. Tales los casos de “Palito” Ortega, los Wawancó, los mismos Iracundos, y muchos más.-
Pasaron el sesenta y nueve, setenta, llegamos al setenta y uno. En aquel local de la pizzería Aroztegui, siempre lleno, con gente discutiendo de política, de fútbol, de todas las vertientes del arte, un amigo mío de toda la vida, me propuso, o yo le propuse a él, munirnos de una libreta y comenzar a escribir, al ver que otros lo hacían. Sobre qué? Eso se vería...
Al principio, escribíamos comentarios de fútbol (nuestra pasión), a veces de cine, o nos enzarzábamos en sesudos divagues pseudo filosóficos, sobre los más variados, e insólitos temas. Posábamos de intelectuales. Transcribíamos letras de canciones (la primera de ellas fue “Calla”, el éxito de los Iracundos, aún hoy una de mis preferidas). Paralelo a ello, nuestras vidas discurrían por los carriles normales de los jóvenes de la época: futbolistas varias veces a la semana; trabajo, estudio, bailes, concurrencia a recitales de música, cine...
La amistad con los integrantes del Grupo era también compartida en todos esos ámbitos. Ellos, más allá de jóvenes músicos en permanente ascenso, eran también eximios deportistas. Habíamos conformado un cuadro de fútbol que hizo época: jugamos quince partidos; los perdimos todos...
Una noche, entre café y café, le propongo al “Tuna” Eccher, mi compañero escritor, hacerle un poema al enchufe ubicado en la pared a la que se recostaba la mesa donde siempre nos sentábamos. Entre ambos lo escribimos.
Al rato, llegaron el Loro Díaz y Enrique Sorribas, a quienes le mostramos, orgullosos, nuestra primer “obra” poética. En medio de las carcajadas que les produjo la ocurrencia, nos estimulan para que escribamos alguna en serio, “le ponemos música y el GRUPO la toca”, nos dicen.-
Poco después, siguiendo su consejo, escribo una letra en la que hago una reflexión superficial de cómo encaraba la existencia en ese entonces, a la que titulo “Mirando la vida”. Jorge se la lleva. Pasados unos días, vamos a su casa. En ésta, dado que una hermana era profesora, había un piano que Jorge ejecutaba, de oído. “A ver si conocés esto”, me dice. Se sienta, y tras los primeros acordes, comienza a cantar mi letra. Yo no podía creerlo. Temblaba, emocionado.-
En el siguiente ensayo del GRUPO, le comenzaron a dar forma entre todos. Enseguida, quizás haya sido en un baile, por primera vez la tocan para el público. Como dije, yo era uno más (no tocaba instrumento alguno, pero los ayudaba como utilero, iba a todos lados con ellos), eran mis ídolos locales. El hecho de que le pusieran música a algo escrito por mí, fue como tocar el cielo con las manos. Si un día los Iracundos...No, era demasiado soñar.
Incentivado por lo hecho, no pasó mucho para que me surgiera “Volver al ayer”.
Si bien quien la lee, inmediatamente piensa que para escribirla me basé en un romance mantenido con alguna chiquilina, debo reconocer que, a aquella altura de mi vida, aún no había tenido novia (tenía veinte años). Nada más que fugaces episodios de amor juvenil, en la época de estudiante secundario. La inspiración surgió sola, en un instante. Como un relámpago. Seguramente influenciado por la temática de los Iracundos. Se repitió la escena con Jorge, más eufórico ahora por considerar mejor la letra. Primero el piano. Luego los ensayos. En el próximo espectáculo, el estreno.-
Así, pasaron los meses que restaban de aquel inolvidable setenta y no. El GRUPO, a mediados de diciembre, realizó el acostumbrado show de fin de año en el teatro España, colmado de adolescentes y jóvenes. Entre el vasto repertorio, con mayoría de temas de los Iracundos, otros de los Gatos, y muchos propios, las dos letras mías. Que orgullo!!!
Por haber compuesto esas dos canciones, y la enorme repercusión que tuvieron en Melo, comenzaron a ocurrirme cosas increíbles. Muchas veces me adjudicaron la autoría de tal o cual éxito, de conjuntos de otros lados, incluso argentinos, a quienes nunca había oído nombrar. O bien que muchos dudaran que, efectivamente, el escritor fuera yo...
Sobre finales del setenta y dos, el GRUPO recibió el ofrecimiento, de una casa discográfica, para la grabación de un “disco simple”, así llamados entonces, conteniendo dos canciones, una en cada cara. Uno de los temas elegidos fue “Sólo amor, solo alegría”, una hermosa canción, compuesta por todos los muchachos. Y el otro, “Volver al ayer”. Para grabar, el conjunto tuvo que trasladarse a los estudios de “Sondor”, en Montevideo. De vuelta en Melo, comenzamos a esperar ansiosamente la llegada de los discos. En esa espera, un día fuimos a Treinta y Tres, a tocar en un baile. Mientras éste no comenzaba, salimos a caminar por el centro. De pronto, en una disquería, descubrimos, con mayúscula sorpresa, que allí estaba el disco. Pese a la hora, hicimos abrir el negocio para comprar nuestro producto.-
Con él volvimos a Melo, distribuyéndolos entre las radios, las cuales lo comenzaron a difundir como la gran novedad artística de los últimos tiempos en Cerro Largo. Por esos días, creo haber firmado algún autógrafo.-
Meses después, el GRUPO compite en un festival, en Piriápolis, presentando “Volver al ayer”, con el que casi gana. Por otra parte, en las listas de discos más vendidos, que difundía Rubén Castillo a nivel nacional, la canción llegó a ocupar el tercer lugar, durante un par de semanas.-
Pasaron los años. Lamentablemente, Jorge Díaz, el querido “Lorito”, el enorme cantor, y mejor amigo, se fue de entre nosotros, con apenas veinticinco años. Mucho después, también nos dejóPepe Giani. El GRUPO hace muchísimos años que dejó de existir como conjunto...
Quedaron los recuerdos. Los hermosos recuerdos de la mejor época de nuestra juventud. La amistad hasta hoy con Enrique y los demás...
“Volver al ayer” siguió sonando. Hace más de diez años, un conjunto de Melo, editó una versión. Después, Enrique Sorribas, tecnología y capacidad mediante, habiéndose vinculado con Jaime Pereda, peruano y cantor, la volvió a grabar.-
Y ahora, el broche de oro, la concreción de aquel lejano sueño del setenta y uno: los Iracundos de Burgues, con Lucas, el hijo de éste como vocalista, la incluyen en un CD conmemorativo de los cincuenta años de trayectoria del conjunto sanducero.-
Haber escrito esa canción, condicionó mi vida. En varios aspectos. Antes, la música me era poco menos que indiferente. Si bien algunas cosas me gustaba escuchar, no le había prestado mayor atención. A partir del GRUPO, esa disciplina del arte pasó a ocupar un lugar preponderante en mi vida. Comencé a darle importancia a la literatura, convirtiéndome en un voraz lector. También, gracias a las canciones, comencé a escribir otras cosas. Hoy, hacerlo me es vital. Al escribir (relatos, anécdotas, historias), hago una especie de terapia, de relax...Por la música, además, he conocido gente, forjado amistades, vivido momentos hermosos...
Por último, lo más trascendente: las enormes satisfacciones que, a lo largo de casi cuarenta años, me ha deparado la autoría. De aquella alegría juvenil, adolescente casi, de la primera vez que escuché a Jorge y al GRUPO cantando algo mío, a este presente, con Lucas Burgueño y la música de nuestros ídolos, festejando su medio siglo, la distancia es enorme. Pero, el sentimiento siempre va a ser el mismo: GRACIAS, “VOLVER AL AYER”!!!
LALO LARREGUI / SETIEMBRE 2008
Texto y Música publicados sin intención de violar derechos de autor y a modo de homenaje a la memoria de Jorge Diaz Arce y todos los demás integrantes y colaboradores del Grupo Musical Moderno
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